Instalada
la dependencia, a substancias o a conductas, la personalidad y el
estilo de vida se apoyan precisamente en el consumo o en la repetición
de la conducta. De no ser así la persona se desestructura. La búsqueda
de la sustancia o los medios para realizar la conducta se convierten en
elemento motivacional predominante.
Desde esa perspectiva, la
intervención de la adicción constituye un proceso largo y dificultoso
que afecta a las esferas biológicas, psicológicas y sociales.
Y de
ahí que los profesionales que les tratan forman una red constituida por
médicos, recursos sociales y profesionales de la psicología.
En el proceso de deshabituación podemos distinguir unas fases como son:
En el proceso de deshabituación podemos distinguir unas fases como son:
1.-
Desintoxicación: Imprescindible con substancias que crean una fuerte
dependencia física, lo que supone la presencia del síndrome de
abstinencia. Constituye una intervención esencialmente médica que
pretende superar el síndrome de abstinencia originado por la
interrupción radical del consumo.
2.- Deshabituación
psicológica: elemento más dificultoso y complejo. Como hemos indicado el
consumo ha sido el medio de vida del sujeto, el sentido de su vida.
Dejar el consumo es instalar al sujeto en el vacío y en la conciencia de
todas sus carencias personales, familiares, laborales, sociales, etc.
3.- Inserción social: Una vez que el consumo está
desterrado, la inserción social es la última fase de deshabituación. Se
trata de evitar recaídas y mantener un nuevo modelo de vida, en la que
la familia desempeña un papel fundamental.
De este modo, las diversas intervenciones se estructuran en torno a la prevención, la asistencia (reducción de riesgos y daños, deshabituación, intervención sanitaria e intervención psicosocial) y la reincorporación social.
De este modo, las diversas intervenciones se estructuran en torno a la prevención, la asistencia (reducción de riesgos y daños, deshabituación, intervención sanitaria e intervención psicosocial) y la reincorporación social.
Destacan 3 programas
- Programas de Prevención y educación para la salud
Lugar destacado ocupa el Programa de Intercambio de
Jeringuillas – PIJ – que tiene por objeto reducir el riesgo de contagio
de enfermedades de trasmisión sanguínea – hepatitis, SIDA –
- Programas asistenciales
- De desintoxicación: Pretenden aliviar el síndrome de abstinencia y aminorar la dependencia física.
- De deshabituación: Su finalidad es evitar la recaída o el reinicio del consumo. Pueden usarse antagonistas – sustancias de efecto contrario a la droga y que bloquea su efecto – o agonistas, complementado con técnicas psicológicas y sociales.
- Programas de incorporación social
- En régimen ambulatorio: acude a centros ambulatorios para intervenciones puntuales.
- En Centros de día: participa durante el día en actividades ocupacionales o terapéuticas complementarias.
- En Comunidad Terapéutica: ingresa en una institución y permanece en ella hasta concluir el programa. En esa Comunidad se organizan todas las actividades diarias conjugándose con las actividades laborales, terapéuticas, educativas, etc.
- En Comunidad Terapéutica: ingresa en una institución y permanece en ella hasta concluir el programa. En esa Comunidad se organizan todas las actividades diarias conjugándose con las actividades laborales, terapéuticas, educativas, etc.