Pasar las Navidades con niños las cambia por completo porque vemos la ilusión en sus miradas, la alegría y el disfrute de todo lo que ocurre a su alrededor.
Hace tiempo que se habla del síndrome del niño hiperregalado que consiste en suplir el tiempo que no se puede pasar con ellos con regalos. Además, la sociedad
está orientada a que Navidad se asocie con regalos y los canales de
televisión infantiles no paran de explotar ese conexión.
Consecuencias:
- no valora lo que tiene porque tiene demasiado.
- pérdida de la ilusión.
- se vuelven caprichosos y egoístas.
- influye en su comportamiento futuro de consumismo desmedido.
- disminución de la imaginación y del juego simbólico.
Deriva en adolescentes:
- con baja tolerancia a la frustración.
- consumistas.
- desilusionados e irritables.
¿Qué hacemos? Escoger juguetes:
- adaptados a la edad.
- que ayuden al desarrollo y crecimiento personal.
- potencien su imaginación.
- aumenten la colaborar y el compartir.
- que enseñen a respetar las normas y a tolerar la frustración asumiendo que se puede perder.
Pero lo que realmente importa es pasar tiempo con los niños, para que los regalos no sean lo que suple a la falta de esos momentos y desarrollar otros caminos para los que no se precisan juguetes como:
- dibujar, regalar pinturas, cuadernos, rotuladores, temperas...
- disfraces que vayan acorde con las cosas que ya tienen como un delantal si tienen una cocinita o una bata de médico si tienen el instrumental ya, etc...
- reciclar objetos que se vayan a tirar
- entradas para algún espectáculo
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