Internet nos da acceso a una cantidad de datos muy importante, pero la información no solo está en nuestro idioma. Sobre todo cuando pretendes tener información sobre algo muy novedoso o sobre tu campo profesional.
Aunque el español es una de las lenguas más habladas del mundo y la tercera en la que más se escribe en Internet, como muestra el gráfico realizado con los datos del Instituto Cervantes, hay mucha más información en otros idiomas:
Hay un claro predominio del inglés a la hora de navegar.
Si sientes interés por un artículo, el idioma ya no es una excusa para leerlo porque disponemos de las siguientes opciones:
Los navegadores como Chrome, Mozilla, Explorer, disponen de extensiones o plugins para traducir los sitios que visitamos.
Hay sitios de sitios de traducción automática en línea: copiamos la dirección que queremos que nos traduzca y la pegamos en estas direcciones para poder leer el texto. El problema es que algunos son demasiado literales, pero alcanzá para llegar a entender el sentido.
El socorrido traductor de Google. Yo siempre que lo he usado para escribir me ha tocado hacer correcciones ante de enviar un texto, pero así no lo tienes que teclear en otro idioma. Directamente lo haces en el tuyo y luego copias la traducción y la vas corrigiendo hasta que quede correcta. Cuando la función es para leer una idioma que desconoces puede que el resultado no sea el que esperabas pero va mejorando constantemente gracias a los usuarios y te permitirá, al menos, comprender la idea general.
Si quieres, también puedes usar el traductor de Microsoft: Bing Translator con el que puedes pegar trozos de txtos o traducir páginas completas.
Y si estás por el código abierto, utiliza Apertium, que es una plataforma de traducción automática libre de la Universidad de Alicante.
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