Las
adicciones, sean del tipo que sean, constituyen fenómenos muy complejos
que implican simultáneamente a todas las esferas de los sujetos que las
sufren: cognitivas, emocionales, sociales, personales, etc.
Por esa razón las conductas adictivas han de ser afrontadas desde una perspectiva interdisciplinar y como fenómeno psicosocial.
- Algunas concepciones tratan de entender la conducta adictiva como la búsqueda de una nueva identidad.
-
Otras entienden que la adición constituye una forma de autoterapia por
parte de la persona consumidora, en tanto que las sustancias que consume
las utiliza como fármaco que proporciona una manera de evasión,
compensación y engaño, en función de las diversas motivaciones
personales. Las sustancias como alivio a estados desagradables. Cuando
el contexto no se puede modificar como respuesta al malestar psíquico,
la sustancia adictiva realiza una función reguladora de ese malestar.
Desde
esas perspectivas la mayor dificultad en la terapia con
drogodependientes está en identificar, conocer y afrontar el problema
que antecede, interpreta y determina la drogodependencia, con la
finalidad de adoptar la respuestas alternativas que mejoren las
compensaciones que proporciona la substancia.
Una
conducta adictiva supone siempre el uso abusivo y recurrente de una
substancia o la realización compulsiva de un comportamiento, de forma
que el sujeto obtiene de manera inmediata un refuerzo inicialmente
positivo que se transforma en negativo cuando aparece la dependencia.
Para Gossop en las adicciones han de considerarse cuatro elementos esenciales:
1.- Un fuerte deseo o compulsión de llevar a cabo la conducta - especialmente cuando no es posible llevarla -.
2.- Capacidad deteriorada para controlar la conducta.
3.- Malestar y angustia emocional cuando se impide hacerlo.
4.- Persistir en la conducta a pesar de la clara evidencia que es quien produce los problemas.
La drogodependencia tiene serias y graves repercusiones en la esfera personal. Afectan
gravemente en el aspecto físico, en su salud, alteran la vida y la buena convivencia.
Asociados
a la dependencia del consumo de drogas hay otras repercusiones graves
que afectan a la socialización, a los planos educativo, laboral,
familiar, de convivencia, marginalidad, prostitución, tráfico de drogas,
delitos contra la propiedad y otros delitos.
En la génesis y consolidación de las conductas adictivas intervienen elementos de tipo biológico, psicológico y social.
- En
el plano biológico las drogas producen, gracias a la dopamina,
sensaciones placenteras y reforzantes. A su vez, el organismo se va
adaptando al consumo y manifestando una progresiva tolerancia a la
substancia. Al interrumpir el consumo aparece el síndrome de
abstinencia.
- En
el aspecto psicológico las sensaciones placenteras se convierten en un
estímulo poderoso para persistir en el consumo. El consumidor inicia e
instaura estilos de vida vinculados al consumo de drogas, hasta que se
convierte en un elemento central de la vida del adictivo.
- En la esfera social, los modelos y el grupo son elementos que operan de manera decisiva en la iniciación del consumo.