No es una adiós, es una hasta luego.

miércoles, 20 de noviembre de 2019

Lo normal en un duelo es

Es fácil enumerar los síntomas que una persona tiene durante el duelo, pero lo complicado es que hay muchos factores que modulan esa respuesta:

  • Edad de la persona que ha muerto: no es lo mismo que muera alguien que debe hacerlo por edad, que la pérdida sea de alguien joven.
  • Tipo de relación que se tenía: puede que no veas mucho a unos tíos y a otros sí y te dolerá más el que más cercano esté. Se puede sentir más la muerte de un amigo o amiga que de un familiar, todo depende del contacto.
  • Grado de parentesco: cuanto más lejos, mejor se llevará el duelo, pero todo dependerá de la relación que se tenía. areja, hijxs, padres, abuelxs, hermanxs, tíxs, sobrinxs, obviamente el resultado no será el mismo.
  • Tipo de muerte: repentina, accidente, enfermedad larga, suicidio, asesinato... esto también influye enormemente en las consecuencias. Un suicidio hará que la persona que se queda sienta que no se ha dado cuenta para evitarlo y aparecerá la culpa, si es muy repentina se entrará en shock y si es una enfermedad muy larga se sentirá agotada en todos los sentidos y puede que hasta lo considere un alivio.
  • Pérdidas múltiples: en un accidente de tráfico mueren varios miembros de una familia, eso siempre será mucho peor que la pérdida de un solo miembro.
  • Al margen de estos factores será fundamental cómo está la persona que tiene que elaborar el duelo, todo irá peor si tiene depresión, ansiedad, una relación de dependencia con la persona fallecida o si tendrá problemas económicos con la pérdida, si no tiene muchas aficiones para entretenerse, ni amigos para salir y hablar, tiene pocas relaciones sociales, en general y poco apoyo familiar.




Las manifestaciones que se pueden dar y que se consideran normales son físicas, conductuales, afectivas y cognitivas y entre otros síntomas: 

  • Opresión en el pecho.
  • Falta de energía.
  • Dolor de cabeza.
  • Problemas para dormir y cuando se consigue, soñar con la persona fallecida.
  • Falta de apetito.
  • Aislamiento social.
  • Tristeza, apatía y lloro.
  • Ansiedad y sensación de ahogo.
  • Enfado o culpa dependiendo de las circunstancias.
  • Sensación de soledad.
  • Shock, no asimilación de la noticia.
  • Preocupación por lo que pasará a partir de ahora.
  • Sensación de que la persona que se ha ido está presente.
  • Dificultad para concentrarse o poner atención en determinadas cosas.

Estos síntomas son normales durante un tiempo, se volverán patológicos si los síntomas son muy exagerados, si el duelo se alarga más allá de un año, si se pospone porque no se quiere pasar o si la persona se centra en otra cosa porque le duele demasiado asumirlo. 

Para saber más sobre el duelo patológico: leer entrada

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